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| Swami Ranganathananda |
Para la Orden de Ramakrishna (Ramakrishna Math & Mission) un Swami es un hombre que ha renunciado a llevar vida mundana y que está dedicado a la oración, la meditación y a servir a Dios en el hombre. El Swami no aspira a la vida mundana ni a disfrutar de un cielo después de la muerte, sino a la liberación de todo apego y goce aquí y en el más allá. Aspira a la experiencia directa de Dios que libera al hombre de todo concepto y de la cadena de nacimiento y muerte.
Nosotros los católicos, para comprender mejor este concepto, debemos quizás remitirnos a San Juan de la Cruz y a sus famosos dibujos y esquemas que publicara bajo el título de “Monte de la Perfección” o “Monte Carmelo”. Allí él aclara: “Para venir a gustarlo todo, / no quieras tener gusto en nada. / Para venir a saberlo todo, / no quieras saber algo en nada. / Para venir a poseerlo todo, / no quieras poseer algo en nada. / Para venir a serlo todo,
No quieras ser algo en nada.” Con esta introducción, fray Juan de la Cruz declara su propuesta. Una propuesta sin compromisos, radical, en la que solo queda lugar para la entrega total.
Es la propuesta del Carmelo Descalzo, reforma que inicia Teresa de Jesús y a la que fray Juan de la Cruz da su respaldo filosófico, siempre basado en la Sagrada escritura: “El que quiera salvar su vida, la perderá; y el que la perdiere por mí, la encontrará” “si alguno quiere seguirme, que se niegue a sí mismo, tome su cruz de cada día y me siga”.
San Juan de la Cruz ve tanto peligro en la persecución de los bienes de la tierra, el camino del espíritu errado: poseer, gozo, saber, consuelo, descanso. Como en el de los bienes del cielo, el camino del espíritu imperfecto: gloria, gozo, saber, consuelo, descanso. De manera tal que no debería resultarnos ajeno a nuestra tradición ese concepto de “nadeza”, nada, nada, nada y nada.
¿Pero entonces qué es lo que queda por hacer?
Podemos recordar en este punto, las palabras de la “Imitación de Cristo” cuya autoría se suele adjudicar a diversos escritores religiosos, siendo Tomás de Kempis el más nombrado, cuando dice: “Acuérdate frecuentemente de aquel dicho de la Escritura: “Porque no se haría la vista de ver, ni el oído de oír. Procura, pues, desviar tu corazón de lo visible y traspasarlo a lo invisible” o también “Vanidad de vanidades, y todo es vanidad, sino amar y servir solamente a Dios”.
Si es que hubiera (habría que analizarlo muy a fondo) alguna diferencia significativa entre las propuestas de San Juan de la Cruz o de Tomás de Kempis y la de los Swamis de la Orden Ramakrishna podríamos decir que es que éstos últimos hacen un fuerte hincapié en la necesidad de amar y servir a Dios en la forma de ser humano, en amar a Dios en el hombre como camino de ascetismo conducente al más elevado conocimiento espiritual.
Foto: Swami Ranganathananda (1908-2005) 13º Presidente del Ramakrishna Math & Mission.
Foto: Swami Ranganathananda (1908-2005) 13º Presidente del Ramakrishna Math & Mission.

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